Pateras, el gesto más tierno

Para quienes no nos conozcan, somos Barbate, un pueblo de acogida. Nuestro glorioso pasado pesquero e industrial hizo que en pocas décadas pasáramos de ser una aldea a 23 mil almas. Para que así sucediera, los barbateños vinimos de todas las partes de Andalucía, de Portugal y de Italia; porque de Barbate es quien lo quiere y no necesita ningún carné ni seña de identidad previa más que estar abierto a quien llega.

Sé que algunos no tienen memoria, y sé que otros, a veces los mismos, buscan en nosotros las faltas que no quieren ver en sí y las magnifican. Pero nosotros sabemos quiénes somos y no nos cuesta alabar en los otros los valores más nuestros.

Pateras, dicen, hachís, muerte, narcotráfico y narcopueblo; cargados de simpleza. Y nosotros sabemos que una patera es otra cosa, que una patera son decenas de personas apiladas que cruzan el asesino estrecho buscando el paraíso, aunque al venir no sepan que está en Barbate. Luego lo aprenden. Y lo aprenden como todos los barbateños, que vinimos igual, cargados de esperanza y huecos de hambre y solidaridad.

Vosotros no lo sabéis, o no lo queréis recordar, pero las gentes de este pueblo se han movilizado cien veces para llevar mantas, agua y comida a las pobres criaturas que arribaban a la Yerbabuena. Y este que escribe, décadas después y en otro lugar, ha recibido el abrazo emocionado de un magrebí de los que así llegaron al saber que era barbateño. Un amigo gaditano le decía: “así somos en todo Cádiz”, y el hombre respondía: “Barbate”.

El episodio del vídeo no lo protagonizó una barbateña, aunque cien veces lo hizo, pero del mismo orgullo nos llena que lo protagonizara una visitante a nuestro pueblo, pues esa es la gente que aquí somos y que nos hace falta. 22 años después, ahora que no está de actualidad, el gesto más tierno.

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