La plaga del pino, ¿desde cuándo y dónde?

Localización en Google Maps pinchando en la imagen

Hablamos del 8 de mayo de 2021. Entonces, Ángel Gabriel Ojeda tomó una serie de fotografías en el pinar, detrás del cementerio, en las que se observa el mal estado de algunos pinos. Unos secos y otros ya caídos. Desde entonces, tres años ya, Ángel ha intentado infructuosamente advertir a las autoridades del problema para que lo investigaran y atajaran. Ángel sigue sin recibir confirmación de recepción de su denuncia y demanda.

Estos pinos manifiestan los problemas que causan el barrenillo. Si es este el culpable, el coleóptero lleva ya tres años con nosotros matando nuestro pinar. Ahora, según Ángel y Adán Fernández Arcos, las zonas afectadas son muchas. Bajo el bombo del agua y a los márgenes de la carretera a Los Caños de Meca, entre otras, además del caso que ha despertado la atención ciudadana, el del Parque Infanta Elena.

Captura de pantalla de www.tomicusdestruens.com

Fotografías de Ángel Gabriel Ojeda de 8 de mayo de 2021.

Según informaciones de la misma web de la que extraemos la imagen de cabecera, los periodos de desplazamiento y reproducción del barrenillo son los siguientes. Comienza a volar desde mediados de septiembre hasta que la temperatura máxima es menor de 20 °C. Entre octubre y diciembre realiza la puesta de la primera generación, que nacerá a lo largo de marzo. Cuando las temperaturas máximas en febrero o marzo vuelven a superar los 20 °C comienza de nuevo el vuelo reproductivo y se produce la segunda puesta de la generación, que emergerá en mayo o a lo máximo principios de junio.

Por tanto, el ataque a los pinos del Parque Infanta Elena es reciente y en apenas dos meses ha matado a dos especímenes de la escasa treintena que alberga el espacio. En un mes volverá a comenzar su fase de vuelo y reproducción pudiendo afectar a árboles muy distantes. Lo sorprendente, según Manuel Serrano, técnico de Safuensa, es que en el propio parque no se observen más casos. De cada puesta, salen entre 60 y más de 200 huevos.

Para su ataque, reproducción y puesta seleccionan árboles con corteza ni demasiado delgada ni demasiado gruesa. Los que sufren mayor riesgo de ataque son los situados en suelos pobres, poco profundos y con escasas precipitaciones. De hecho, los episodios de sequía prolongada provocan que el ataque de Tomicus destruens ya no se dirija a ejemplares concretos sino a grandes masas de arbolado. Entre 1994 y 1996 fueron afectadas cerca de 40.000 ha de pinar en la Región de Murcia.

El abandono de leñas propicia la reproducción. Al comienzo de las plagas los árboles muertos aparecen sueltos o en corros poco numerosos, pero la población del insecto aumenta con rapidez y los focos se van convirtiendo en manchas cada vez más extensas.

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