Lista negra

Imagen del faro de Trafalgar

Los barbateños estamos en la lista negra de muchos establecimientos de nuestra localidad. Con la llegada de la Semana Santa, son decenas (si no centenas) los bares, restaurantes, tiendas y hospedajes que comienzan a reabrir sus puertas en Barbate, Zahara de los Atunes, Los Caños de Meca y Zahora tras el largo e improductivo invierno, y resulta que muchos de ellos no quieren contratar a gente de Barbate.

La maldita estacionalidad turística -que es uno de los principales problemas de Barbate, y más de Zahara, y motivación de otros- hace que muchos negocios estén cerrados desde que concluye la temporada veraniega. Bajo nuestro punto de vista, podemos clasificar estos negocios en tres clases.

  • Los de personas del pueblo. En muchos casos son empresas familiares que no necesitan empleados, y si los necesitan los buscan entre los barbateños. El beneficio obtenido durante la temporada estival les da su sustento anual y no les compensa mantenerse abiertos todo el año con personal fijo. Bravo por ellos, pero luego tienen el problema de encontrar nuevos trabajadores. Los mejores profesionales de Barbate prefieren irse fuera a trabajar todo el año que hacerlo aquí durante unos meses.

  • Empresas familiares de forasteros, que decimos aquí. Viene la familia a trabajar y llevarse la guita a su lugar de origen. Estos negocios ni siquiera brindan oportunidad de empleo temporal a los barbateños y nada nos dan más que unos pocos impuestos, y un local improductivo la mayor parte del año.

  • Otras empresas de forasteros. No son pocas las que se traen a sus trabajadores/as desde su lugar de origen, e incluso les dan alojamiento. Estas no solo se llevan la pasta, sino que con la cesión de soluciones habitacionales a sus empleados restan plazas turísticas que son de más provecho económico a todos.

El caso más sangrante, a nuestro juicio, es el de locales que, permaneciendo abiertos durante todo el año, durante el invierno contratan de manera informal -sin contrato real ni Seguridad Social- a barbateños y con la Semana Santa los sustituyen por empleados de fuera. Son empresas asentadas en nuestro pueblo pero que tienen sus raíces en otra ciudad.

En fin, barbateño, que esto es el turismo. Que hay que buscar soluciones para que se extienda todo el año, sí, por supuesto, y esos forasteros que vengan a trabajar todo el año con nosotros serán uno más. Pero mientras no se rompa la estacionalidad, que sepas, barbateño, que estás en la lista negra de muchas empresas.

¿Viva el turismo, dices? Pues viva, viva. Pero no podemos depender tanto de él. No queremos que el dinero -las inversiones- venga de turismo, sino que venga a quedarse a vivir con nosotros.

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