El tarifazo de los cementerios

El sacerdote y expárroco de Vejer, Antonio Casado, dice que Monseñor Zornoza creó una "fundación ficticia" donde han incluido todos los cementerios parroquiales rentables y que "puso como administrador único al ecónomo, Antonio Diufaín, cuando los cementerios son propiedad de las parroquias". Continúa, "Diufaín ha sido el que lo ha liado todo. Ha tratado esto como una empresa y cree que los curas son empleados a su servicio. Y eso no es así".

Tras la absorción episcopal de cementerios parroquiales como el de Barbate y Zahara de los Atunes, las tarifas han experimentado un incremento exponencial muy protestado por los vecinos. En estos casos, además, los cementerios están construidos sobre suelo público y fueron inmatriculados por el Obispado en los años ochenta.

Pero el caso de Vejer va más allá del cementerio, es el caso de las fundaciones y donaciones, que en su mayoría son de los siglos XVII y XVIII y que resultan muy lucrativas, como una finca arrendada a una compañía fotovoltaica por más de 100.000 euros anuales.

La gestión de las fundaciones corresponde al párroco de Vejer. En su momento, Antonio Casado decidió apoyarse en un administrador profesional. "Entre el cementerio y las capellanías pueden rentar varios millones de euros. No sabría decirlo concretamente", explica "En muchos casos, el único patrono que queda vivo de las fundaciones es el párroco. Y ese dinero lo tiene que cobrar él, porque es el administrador general. No puede cobrarlo el obispo, que no pinta nada y tiene otra personalidad jurídica distinta".

Dentro de su potestad y obligación con las fundaciones, Casado a veces dedicaba ingresos a fines caritativos en Vejer, pero el obispado le reclamaba el 90% de todos esos ingresos. Así, el obispado terminó interponiendo una denuncia contra el párroco por administración desleal y lo suspendió como sacerdote.

"El obispo de Cádiz me obligó a donar las fundaciones de caridad para controlar directamente el dinero. Después fue en persona a la parroquia y se llevó todos los libros de las fundaciones. Solo se salvó una que escondió el sacristán. El obispo tiene miedo de que se vean todos esos estatutos que son del siglo XVIII, donde se impide que el dinero se utilice para lo que quiera él", manifiesta Antonio Casado. Y añade: "Para anular una fundación tienen que extinguirla legalmente. Tú no puedes decir que ya no existe porque hay unos herederos".

"El párroco era el administrador de esas fundaciones. Lo que no me parece lógico es que ese dinero que es para obras de caridad se utilice en comprar retablos o reformar casas del Obispado. Si es para los pobres, es para los pobres", subraya el sacerdote.

El hostigamiento de Zornoza a Casado llegó a intentar secularizarlo. “Mandó a Roma un documento diciendo cosas falsas. ¿Qué pasó? Hubo un juicio en Sevilla y el Vaticano dijo que no había ningún motivo para secularizarme. Así que tiene que seguir pagándome el sueldo".

Hoy, sin destino, cobra 1.000 euros y vive en una ermita de El Colorado que él mismo restauró. El obispo no quiere recibirlo ni responde a los escritos que le envía su abogado.

"Le he escrito al Papa y me ha respondido que tenemos que dialogar. Pero el obispo no habla porque no le da la gana. Sabe que ha metido la pata".

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