Un puerto fantasma… o militar

Otro golpe más al pueblo de Barbate. Desde los 90 ha habido una reducción drástica en la cantidad de barcos de cerco en nuestro pueblo, de los que quedan unos 20. Nada que ver con otros tiempos en que 100 barcos alijaban cotidianamente en nuestra lonja. Ahora estos 20 también corren un grave riesgo de supervivencia al ver reducida su cuota de captura de boquerón en un 56 % según mandato de la Comisión Europea. El boquerón supone el 70 % de las capturas de los barcos barbateños, por lo que esta imposición supone perder un 40 % de las capturas totales. El problema es mayor porque esta nueva cuota se aplica con carácter retroactivo desde el pasado 1 de junio y algunos barcos ya la tienen cubierta, y además la sardina está un periodo de veda.

Damnificados directos

Son unas 200 personas las empleadas en las embarcaciones y unas 600 en sectores auxiliares como el transporte y trabajadores de la lonja.

La historia a trazos gruesos

La sobreexplotación del caladero de Cádiz hizo depender a la flota de Barbate de los caladeros marroquíes. Con la integración de España en la Unión Europea la negociación de esta posibilidad ya era competencia de Bruselas, que no atiende a los intereses locales sino a las grandes cifras e intereses generales. De esta manera, la rica flota barbateña se convirtió en irrelevante. Este proceso en España no solo lo hemos vivido en el sector pesquero, ¿cuántas ganaderías no se han perdido por la drástica reducción de la cuota de la leche?

En nuestro caso, el descuido de los pescadores de la supervivencia de las especies y el desinterés de Bruselas por proteger nuestra identidad y nuestra sociedad nos traen adonde estamos. Los barcos no son espacios inmuebles fácilmente reconvertibles de kiosco a zapatería o apartamentos turísticos. Es decir, no son reconvertibles de la pesca del boquerón a la de la merluza, por lo que se tornan inútiles y van al desguace, y la inversión en una nueva embarcación y aparejo es demasiado elevada. Bruselas indemnizó a los armadores en los años 90 para que llevaran sus barcos al desguace, pero no se le ocurrió ayudarlos a adaptarse a otra pesquería.

El puerto

El resultado, los miles de barbateños trabajadores de la mar hoy son dos centenares, y el puerto y la lonja de Barbate son dos espacios sobredimensionados. Tampoco a esto le hemos sabido encontrar solución los barbateños. El puerto deportivo es un fracaso más (no compite ni de lejos con Chiclana) y el museo nunca llegó a despegar. ¿Para qué quedará el puerto? Algunos marineros dicen con resignación que será para los militares y tal vez no les falte razón. Sabemos lo que Bruselas nos cuenta de lo que está haciendo con nosotros, pero no sabemos lo que realmente piensan para nuestros futuro (que no parece importarles mucho), ni a lo que aspira el Ministerio de Defensa (que ni nos compensa justamente por el embargo de El Retín), ni lo que pretenden y hacen nuestros aliados en la OTAN (con Estados Unidos a la cabeza).

En fin, la pesca la podemos dar por perdida. Se cifra en unas 800 personas las directamente perjudicadas por este recorte y en la concentración de protesta por este motivo hubo unas cien, políticos incluidos. El propio sector no parece muy preocupado por parar el golpe y el pueblo de Barbate se muestra indolente ante esta situación. ¿Y el puerto? Más vale que pronto se nos ocurra algo, que tres botes no justifican su existencia.

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