Un cachito menos donde sentarse
Al parecer, el actor Danny DeVito, en una visita a Madrid, dijo que sería una ciudad preciosa cuando encontrasen el tesoro, y es que su propio centro urbano e histórico está en permanente reforma. La última que conozco fue con el pretexto de peatonalizar, como si no fuera suficiente con colocar señales de tráfico para prohibir la circulación a los vehículos y hubiera que seguir levantando el suelo hasta encontrar el tesoro. Y esa peatonalización no está pensada para los transeúntes, sino para los comercios. No busquen una fuente, por supuesto -un mal extendido por toda España- pero tampoco un banco donde sentarse a descansar, contemplar el paisaje y el paisanaje o conversar con otros ociosos. Para beber y descansar están los bares. Las extensas aceras son autopistas para llegar con celeridad de un negocio a otro. Esa forma de peatonalizar, deshumaniza la ciudad.
En nuestro pueblo, donde abunda la juventud, son muchos los que no tienen noticia de las escalerillas del Paseo Marítimo. Allí, en todo el medio y a cuatro o cinco metros de altura (perdonen mi desmemoria) era donde nos juntábamos las pandillas de chavales a ver el panorama y tener cierta intimidad. Muchos y muchas dieron allí su primer beso. Se echaron abajo y se ganó visibilidad de la costa desde los bares y restaurantes de enfrente, sí, pero se perdió un lugar señalado donde relacionarse sin tener que sentarse a consumir en esas terrazas privadas.
Seguimos teniendo el impresionante poyete que delimita el Paseo Marítimo para sentarnos a limpiarnos los pies de arena durante el verano, pero ahora es un poquito más corto por culpa de ese bodrio que tapa las vistas. ¿Es un atún, una ballena? ¿Por qué lo pisa “Barbate”? En fin, visto aisladamente no es un caso tan grave. Lo que no se entiende es la justificación. Según la municipalidad, esta actuación se enmarca en MUNITUR 2023, una iniciativa de la Junta de Andalucía destinada a fomentar el turismo en los municipios andaluces con el reconocimiento de Municipio Turístico, y la Delegación de Turismo “ha apostado por el embellecimiento del entorno urbano mediante la instalación de estas letras, que refuerzan la identidad turística del municipio como destino singular en la costa andaluza”.
Más atractiva y útil será la segunda parte, “además de las letras, el proyecto contempla la instalación de mosaicos en el suelo del Paseo Marítimo con recursos turísticos, acercando tanto a vecinos como a visitantes al rico patrimonio de la localidad”.
En este mundo de locos, la promoción turística se hace invirtiendo en campañas en el propio municipio en vez de en los mercados emisores de turistas. Así está la cosa.
Si bien es cierto que hay que mejorar la imagen de Barbate, ayudará más arreglar las aceras y carreteras y poner a pleno funcionamiento todas las instalaciones municipales. Enhorabuena, Moreno y Molina. Habéis erigido un auténtico monumento por el que se os recordará siempre.