Lo que ha aguantado Barbate
El escrito de hoy surgió hace tiempo, a raíz de un documento que veía en Facebook, publicado por un paisano, que suele aportar auténticas “joyas” relacionadas con la historia de Barbate. El documento está fechado en el siglo XVI, y en él se hablaba de nuestro pueblo. Parece que en aquella época, Barbate se “dibujaba” en torno a la actual calle Real y la plaza de los 6 grifos; en definitiva en torno al Río Barbate. En relación a este asunto, tengo una teoría; sin más fundamento que un deseo, o intuición, y por qué no decirlo, influenciado por un cierto espíritu “romántico”, de que los mejores tiempos de nuestro pueblo, que están “por venir”, llegarán cuando ese río Barbate recupere su influencia y su incidencia en la vida de nuestro pueblo.
La verdad es que al contemplar ese documento con más de 500 años, pensaba, por un lado, que cuando transitamos hoy por esa zona de nuestro pueblo, lo hacemos por lo que fue el “núcleo” principal de aquel Barbate, o, viniéndonos a tiempos más cercanos, del Barbate de principios del pasado siglo, ya que por aquella zona se asentaba el Ayuntamiento, el pósito pescador, el casino, el mercado, los bares y tarbernas, etc, y en definitiva todos los “aditamentos” sociales, políticos y económicos de aquel Barbate. Al mismo tiempo, debería servirnos para reflexionar; aunque pedirle a algunos que reflexionen… sobre todo a aquellos que en algún momento de nuestra historia se creyeron indispensables en el devenir de nuestro pueblo. Porque nos guste más o nos guste menos (a mí la verdad no me gusta nada) siempre hay quienes se creen indispensables, y son tan fatuos e insustanciales, que incluso llegan a plantearse cómo nuestro pueblo ha sido capaz de sobrevivir (unas veces mejor y otras peor) sin su presencia, en una actitud que se sustenta en una egolatría y un simplismo desmedido, y un exagerado déficit intelectual.
En otro orden de cosas, a mí, la vista de ese documento me sirvió, por un lado, para “hilvanar” este escrito, y por otro, para intentar ver con perspectiva que un pueblo (en este caso el nuestro) aguantó en el pasado, aguanta en el presente y aguantará en el futuro, “lo que le echen”. Y es que si algo nos enseña la historia, es que los pueblos son tan fuertes, que son capaces de “soportar” todo, y sobre todo, a todos aquellos, que unas veces elegidos y otras impuestos, creyeron ser los faros que guiaban nuestros “despertares” o nuestras “resurrecciones” como pueblo, y que posiblemente más veces de las debidas, pudieron ir, como decíamos de niños, “contra flecha”, o llevando a este barco llamado Barbate a puertos equivocados.
En fin, Barbate, nuestro pueblo, aquí sigue “aguantando”, y, centrándonos en su último siglo, le dio tiempo a crecer en los años 30, multiplicarse hasta por tres en los años 40 y 50, y, desde finales de esos 50 (es decir, hace ya más de 60 años) ahí andamos, “empantanados” en crecimiento de habitantes, ya que nos cuesta “remontar” mucho más allá de los 20.000 habitantes. Pero lo más preocupante, al menos en mi opinión, es el “empantanamiento” en otras cuestiones, ya sea en ideas que nos hagan “desencallar” como pueblo, o en aptitudes, o “actitudes”, de quienes, en cierta manera, deberían liderar ese “arranque barbateño”. Salud.