Hace un año

Hace un año se nos heló la sangre y nos morimos de vergüenza e indignación. Se nos heló la sangre porque no podíamos comprender cómo se había enviado al matadero a aquellos agentes de la Guardia Civil. Goliat era mucho más inocente y noble que esos chulos narcotraficantes, y probablemente también que los políticos nuestros que mandaron a estos nuevos David.

Nos morimos de vergüenza porque vimos grabaciones desde el paseo marítimo y desde el puerto en que se jaleaban las embestidas y lo que a la postre resultaron los asesinatos.

Nos morimos de indignación porque injustamente se señaló a Barbate y se nos describió como narcopueblo en el que todos éramos o cómplices o víctimas del miedo.

Hoy, un año después, los medios de la Guardia Civil en nuestro pueblo para perseguir el narco no han mejorado. Tras la tragedia nuestras calles y carreteras fueron ocupadas por decenas de agentes que molestaron al pueblo más que ayudaron.

Hoy, un año después, un juez se plantea si fue homicidio o asesinato, y hemos pasado por la deshonra de haber visto (a pesar de las grabaciones en directo) cómo se acusaba a personas que no tuvieron que ver con los hechos.

La justicia, si es lenta y ciega no es justa. Justicia para las víctimas y justicia para Barbate, a los barbateños nadie nos ha pedido perdón por todas las mentiras que se vertieron sobre nosotros.

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