¿Solución o compadreo?

Mañana miércoles 10 de enero, a las 19 horas, a la entrada del Ayuntamiento de Barbate, hay convocada una concentración para reclamar al alcalde Miguel Molina explicaciones por la denuncia contra él por por la presunta maquinación de precios con Aqualia.

Las demandas de las convocantes van más allá y piden la mejora de los servicios públicos en todo el término municipal.

A esta concentración y sus demandas, Miguel Molina, acostumbrado a no tener que responder más que a medios de comunicación complacientes con él y su gobierno, como Viva Barbate y SER La Janda, no encuentra otra forma más ocurrente de responder que con propaganda.

La imagen, difundida ayer en redes sociales por el Ayuntamiento de Barbate, no parece la de un encuentro formal como pretenden que fue.

Según la misma publicación, “Ayuntamiento y AVV Playa de La Laja abordan el proyecto de abastecimiento de aguas en la zona” y “en la reunión se ha presentado el proyecto e informe de costes, cuyo importe se estima en unos 300.000 euros, es decir, unos 3.000 euros por vecino si 100 estuviesen interesados”.

Por nuestra parte, no conseguimos entender qué servicio presta el Ayuntamiento de Barbate a estos vecinos de Los Caños de Meca si ellos han de ser los paganos de la infraestructura. Y menos aún entendemos la alegría y los abrazos en la fotografía con que dan fe del encuentro. Bueno, sí, lo podemos entender desde el compadreo y la propaganda. Hazte una foto conmigo, amigo mío, que me haces falta para mejorar mi imagen.

Por la parte municipal, en el encuentro estuvieron el delegado de Urbanismo, Luis Caro, y el edil de Aguas, Mario Caballero. Rafael Montanés acudió en representación de la Asociación de Vecinos Playa de La Laja. El personal técnico asistente, no declaran de qué parte está.

La única explicación que dan a este encuentro es que “uno de los puntos clave fue el requerimiento dirigido al Ayuntamiento para agilizar la tramitación de expedientes AFO, FO, y Asimilados a Licencia Urbanística, un paso esencial en el proceso de viabilidad del proyecto, al que el edil de Urbanismo dio su visto bueno”.

Por lo tanto, parece ser que son los vecinos los que se han organizado para construir esta infraestructura por su propia cuenta y que solo han recurrido al Ayuntamiento para tramitar los estudios y licencias pertinentes. Los vecinos del municipio que no disponen de los recursos de estos, lo tienen más difícil para que el Ayuntamiento les preste los servicios públicos.

En la situación en la que estamos de dudar legítimamente de la relación existente entre Molina y Aqualia, es alarmante que el comunicado del Ayuntamiento sobre la reunión con los vecinos de La Laja se subraye “la relevancia de acometer esta iniciativa en el presente, aprovechando la favorable relación entre el Ayuntamiento y la empresa concesionaria Aqualia”.

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