Los restos del imperio
El escrito de esta semana surge de "rebote", ya que el pasado sábado me acercaba a ver las obras de retranqueo del Paseo Marítimo en la zona de la Chanca, y después de dar un vistazo, la verdad es que me agrada la propuesta, ya que se ganarán algunos metros de playa, y el retranqueo hará que no "descargue" tanto sobre el Paseo Marítimo los efectos de los temporales.
Viendo la obra, recordaba las "peleas" que costó con la Demarcación de Costas que se hiciera la ampliación hasta esa zona y la zona del Puerto. Hoy, ese Paseo Marítimo, sin aquella actuación sería incapaz de absorber las miles de personas que transitan por allí, en una lugar que ya es, de facto, el "Paseo" de nuestro pueblo, y que sustituyó a la ahora llamada Avenida del Mar, que era el "Paseo" de Barbate en los tiempos de mi niñez y juventud, ya que allí se asentaban los cines y muchos de los bares de aquella época. A la vuelta, pasaba por esa Avenida, y los cines ya no están, y de los bares que recuerdo: Joselón, Bar España, La Paquera, La Jarra, La Pava, y algunos más, como bar solo queda uno, aunque… con otro nombre.
Y enlazo esto con la idea que subyace en el escrito de hoy, y es que al pasar por la zona de la obra junto a la Chanca, hacía una foto a los "restos" de lo que fue aquel conglomerado del Consorcio Nacional Almadrabero, y viendo aquellos "restos del imperio" conservero y pesquero de nuestro pueblo, me dio por pensar que es posible que ese punto de "inflexión" (o al menos uno de ellos) que necesita nuestro pueblo, pueda llegar cuando se recupere aquel lugar para el disfrute o el esparcimiento con equipamientos públicos, de ocio, turísticos o industriales. Y es que yo tengo la sensación que desde hace muuuuuchos años, como pueblo, vivimos una especie de "día de la marmota" recordando, por ejemplo, una flota pesquera que no volverá, por muchas razones, entre otras porque aquellos caladeros que para nosotros eran "históricos" (en otra de las contradicciones de las que hemos hablado en otras ocasiones) pertenecen a otro país, y también porque han cambiado los "modos y maneras " de un sector pesquero que para nada se parece al de aquellos tiempos. O recordando cosas y lugares que desaparecieron y tampoco volverán, y a lo mejor sería más "productivo" para nuestro pueblo, enfocar nuestro presente y futuro en lo que tenemos: unas playas maravillosas, un entorno medioambiental privilegiado y unas gentes que, como rezaba aquel eslogan, son "la mar de buena gente".
En fin, tribulaciones de este "rincón del Lapo", que, como siempre digo, nadie está obligado a compartir. Salud, y hoy el escrito va por toda esa "buena gente" que es mayoritaria en nuestro pueblo, aunque, como en todos sitios, tengamos también nuestra "ración" de bellacos, pero que como decía en otro escrito, al ser nuestros, los consideramos menos… "bellacos".