“Hay demasiada gente que necesita la política para vivir”

Dos meses después de su sorpresiva dimisión como concejala por el PSOE del Ayuntamiento de Barbate, hemos hablado con Maricharo Suárez para conocer un poco mejor sus motivos y su momento actual. Comenzando nuestro relato por un momento final de la entrevista, nos dice: “Ha sido una liberación dejar mi acta de concejal”.

Sus empresas y su familia son su vida, y ahora tiene más tiempo para ellos que cuando tenía responsabilidades públicas. Su compromiso la llevaba a preparar los plenos, como se demostró en la larga exposición que hizo para rechazar los presupuestos presentados por el equipo de gobierno. Esa intervención le granjeó el aplauso espontáneo del público asistente, y también un menosprecio por parte del alcalde, Miguel Molina, bastante desacertado.

En el párrafo anterior están dos de las claves principales (según nuestro entender) de su abandono: la falta de preparación del orden del día con la que algunos concejales acuden al pleno y a su actividad pública, y la crispación política.

En el primer punto no abundaremos por no señalar. En cuanto al segundo, y en referencia al debate de los presupuestos, nos dice: “Yo no estoy orgullosa de ese pleno”, pues entiende que no puede estarlo si contribuye a “generar más crispación, más malestar”. Y, en definitiva, reconoce: “No estoy contenta con el trabajo que estoy haciendo. Me quedé con la sensación de fracaso”.

Entendemos que lo que Maricharo Suárez nos quiso expresar es más frustración que fracaso. Frustración por tomarse sus responsabilidades en serio y poner todo el esfuerzo, y a cambio encontrase no solo el rechazo a su trabajo sino el menosprecio, en un ambiente cargado de descalificaciones, acusaciones personales y crispación; y frustración porque reconoce sentirse, a su pesar, copartícipe y corresponsable de aquellos momentos de tensión vividos.

“Miguel [Molina] se disculpó”, nos cuenta, liberada ya de preocupaciones y temores, pues llegó a expresar en público que se sentía acosada. “Ha sido una liberación dejar mi acta de concejal”, volvemos a recordar.

En cuanto al momento de su dimisión le hemos preguntado si informó previamente a su partido y nos dice que sí, que no salió por la puerta de atrás, que en primer lugar informó a sus compañeros y luego entregó su renuncia.

La tercera clave entendemos que está incluso entre las que eran sus filas: “Hay demasiada gente que necesita la política para vivir”. Hablamos de un periodo de concejal por el PSOE que no ha llegado a un año. No pensaba en concurrir a las elecciones municipales en 2023, pero en estas le llegó y “motivó el proyecto de Javi[er Rodríguez]” y se sintió seducida. Si trabajo puso ella, dice, más admira el proyecto y la capacidad de trabajo de Javier Rodríguez, nadie como él.

Sin embargo no todo es perfecto. Si el equipo de gobierno se ha subido los emolumentos arbitrariamente y ha nombrado 9 cargos de confianza sin dar explicaciones, los salarios de Ana Moreno como Diputada y de Javier Rodríguez como presidente de la Mancomunidad de La Janda tampoco le parecen acordes; y se va Maricharo Suárez con la sensación de que muchas veces más que la política a estos responsables les ocupa el politiqueo, de que ese proceder opaco de nombrar 9 cargos de confianza también envuelve las acciones de otros.

Maricharo Suárez hoy es una mujer liberada. Se va de la política sin ganas de volver a pesar de sus ganas de participar, pero es que lo seguirá haciendo por otras vías. Maricharo Suárez escribe y es autora de carnaval, tiene sus empresas y su familia, y es vecina de El Botero, ese lugar bendito que tan buenas sorpresas arqueológicas nos va a deparar.

Gracias por tu confianza y tu apertura, Maricharo; gracias por el trabajo político realizado; gracias por reconocer y apaciguar las tensiones vividas; y, sobre todo, gracias por el porvenir.

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