Otro pleno de la vergüenza
En el pleno celebrado ayer, el alcalde, Miguel Molina, pidió el aplauso al público asistente a algunas de sus intervenciones. Sin embargo no toleró el aplauso espontáneo del mismo público a Maricharo Suárez cuando expuso la postura contraria del PSOE a la propuesta de presupuesto municipal. Ahí comenzó a torcerse la sesión.
Todo comienza, según el PSOE, cuando “Miguel Molina ha expulsado a nuestra compañera Mari Charo Suárez solo por pedir la palabra a la señora secretaria para hacer una consulta del Reglamento”. Considera, igualmente, que “actitudes como estas empañan la democracia y dice mucho del nerviosismo cuando se argumentan las cuestiones”. Según el perfil de redes sociales del ayuntamiento, “una de las concejalas socialistas [fue] llamada al orden en varias ocasiones por el alcalde”.
PSOE, asimismo, anuncia que impugnará todos los acuerdos adoptados ayer, que la propia expulsión de su concejala anula la sesión plenaria.
Desde luego es sorprendente que sin el principal partido de la oposición y el más activo en llevar propuestas y demandas ciudadanas al pleno, la sesión haya continuado. “La marca blanca del PSOE”, como el propio Carlos Llaves llamó a su grupo, no supo reaccionar. Se mantuvo en el Salón de Plenos pero ni siquiera atinó a analizar las cuentas presentadas. No sabemos si por el nerviosismo del momento o por falta de preparación.
Es la primera vez que Molina expulsa a un concejal/a desde la renovación municipal, pero no la primera vez que amaga con hacerlo. Su propio lenguaje y actitudes no son los más ejemplares que se hayan presenciado en el corazón de la vida municipal, pues ya no es raro que responda a críticas con acusaciones personales y menosprecios. Si los Plenos Ordinarios son un circo, el primer y único responsable es quien los preside y dirige, Miguel Molina Chamorro.