Carta a mi abuelo El Lapo: malos tiempos para la lírica

Bueno,  cambiamos hoy de " registro ", y con el permiso del administrador de esta página, se me ocurre escribir una carta (obviamente imaginaria) a mi abuelo “El Lapo ", que da nombre a este muro, haciéndola extensiva a tantos  como él,  que sufrieron en sus carnes la represión por algo tan simple, y a la vez tan complejo, de defender sus ideas  y la libertad.  Y lo hago ante la " asfixiante " ola reaccionaria que inunda las redes sociales, y determinados ambientes, que en algunos casos alcanza la categoría de tsunami . Y es que, recordado abuelo, si tú y otros cómo tú que vivisteis aquellos tiempos de escasez y falta de "casi todo", y que siguió en tiempos de vuestros hijos,  " levantarais la cabeza ", que pensaríais si vierais que hay jóvenes que hoy, en 2024, ensalzan la Dictadura.  Que hay gente que dicen que en aquellos tiempos los trabajadores "nadaban en  la abundancia" y que teníais casas, coches, vacaciones y no sé cuántas cosas más.  Hago aquí un " introito" como le gustaba decir a alguien, para comentar, que en la recta final de la Dictadura, que conocí siendo un niño,  no recuerdo a las familias de trabajadores con coche, ni que se fueran de vacaciones, o que les sobrará algo en el plano material. Es más, si algo recuerdo es que a aquellas mujeres que iban a comprar a la tienda de mi padre,  lo único que les sobraban eran problemas y preocupaciones para intentar llevar un simple plato de comida a la mesa de su casa.

En fin, querido y recordado abuelo, si, por un casual, o por alguna de esas cosas extrañas  e insondables que tiene la vida,  te llega algo de esto,  tú, que cómo tantos otros, viviste esos tiempos de escasez, hambre y privaciones, ni  caso. Hicisteis lo vuestro, que fue mucho, para que los que vinieran detrás tuvieran una vida mejor; y a fe  que lo conseguisteis. Y a mayor abundamiento, con los problemas que tenemos hoy (que por supuesto los hay),  como se decía en vuestros tiempos, no hay ni "punto ni comparación". Así que querido abuelo, como cantaba Serrat,  un magnífico cantautor al que desgraciadamente no conociste, son "malos tiempos para la lírica".


Y sin nada más por ahora, me despido de ti. Salud y… libertad.

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