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Las cuentas de Barbate III

¿Trabajas para el Ayuntamiento? Igual sí y no lo sabes.

Tras haber observado las grandes cifras de las cuentas de 2021, 2022 y 2023 del Ayuntamiento de Barbate (en información pública hasta mañana día 28 de agosto), toca adentrarse en otros detalles relevantes, si se puede. ¿Qué contratos menores ha firmado el Ayuntamiento y con quién, qué subvenciones ha concedido y a quién, quién trabaja para el Ayuntamiento? En la línea esperada, esta información no existe. No lo decimos nosotros, lo dice Intervención de Fondos en su análisis de las deficiencias de la Cuenta General.

“Principales anomalías detectadas en los circuitos de suministro de información de la cuenta general y en las diferentes áreas de revisión:

- Incumplimiento de suministro por falta de aprobación de la Cuenta General del ejercicio 2023 de la empresa pública Innobar S.L.

- Inexistencia de inventario de Relación de Puestos de Trabajo.

- Inexistencia de registro de convenios, contratos menores.

- Subvenciones: Inexistencia de Ordenanza de Subvenciones.

- Contratación administrativa: Inexistencia de requisitos esenciales en grandes expedientes de contratación, de Plan anual de contrataciones, debilidades en circuitos de gasto.

- Gastos de personal: Inadecuación a la normativa de los procesos de selección, corrección de los instrumentos de planificación del personal, corrección sistemas de provisión, control y seguimiento vacantes.

- Incumplimiento de planes y presupuestos de tesorería, evolución al alza del Periodo Medio de Pago y Morosidad.

Así lo dejó escrito y firmado José Ramón Salas Molina antes de su marcha casi inmediata en el mes de junio. Así de contundente fue en documento público. ¿Cómo no se expresaría en privado? En mensaje de despedida a diferentes personas y personalidades de Barbate se refirió sin cariño (y diríamos que sin respeto) “a aquellos fariseos (seguidores de una secta judaica que aparentaba rigor y austeridad, pero elude los preceptos de la ley y, sobre todo, su espíritu), a aquellos ilustres ignorantes (personas que de todo creen saber y nada entienden)” y “a aquellos/as trepas (personas con pocos escrúpulos que se vale[n] de cualquier medio para prosperar, sobre todo desprestigiando y pisando a cualquier otra persona)”. Y a ellos conmina al añadir: “A quién vais a culpar ahora. Barbate no os necesita, Barbate no os merece. Vosotros sois la mano negra que impide que este maravilloso pueblo y paraíso no prospere”.

Volviendo atrás, y en otro orden, afirma el interventor que en Barbate:

  • No existe un inventario de Relación de Puestos de trabajo, que los procesos de selección no se adecúan a la ley y que no existe un control y seguimiento de vacantes. En otras palabras, que no sabemos quiénes trabajan para el Ayuntamiento y con qué criterios se ha contratado a esas personas. Y no menos grave (como hemos visto en la chapuza de ampliación de plantilla en la Policía Municipal, que aún está a la espera de un nuevo proceso selectivo, anunciado en diciembre de 2023) que no existe un control de las vacantes existentes y su necesaria cobertura.

  • No existe un registro de convenios y contratos menores, ni requisitos esenciales en grandes expedientes de contratación. En otras palabras, los convenios y los contratos menores son una puerta trasera por la que favorecer a quienes interese (el último convenio firmado, que sepamos nosotros, es con La Aurora, por el que se le concede la explotación de parte de La Lonja Vieja), y la falta de requisitos esenciales en los grandes expedientes de contratación permite que un constructor que abandona una obra pueda volver a ser contratado por el Ayuntamiento.

En fin, que aquí quién no trinca.

Por no extendernos más por hoy, solo tres detalles del Informe de Control Permanente del mismo interventor, referidos a 2021, 2022 y 2023. Manifiesta que los presupuestos son prorrogados desde 2020 y que en ninguno de los tres años sujetos a control se ha recibido la Cuenta General de las sociedades mercantiles dependientes: Innobar S.L. y Emuvisu S.A. Otra puerta trasera.

Por último, afirma que el “incumplimiento de plazos de liquidación/rendición de cuentas” se deriva “de la falta de recursos de personal cualificado que permita llevar una contabilidad en tiempo y forma para cumplir con las obligaciones formales de suministro.” Lo que no es poco. Niega la mala fe y lo achaca a incompetencia. Tal vez alguno de los nueve secretarios y asesores ha sido quien ha obrado el milagro de realizar estas cuentas.