Una visión de Barbate a través de mis padres
Inicio mi colaboración con esta página, donde sobre todo quisiera hablar de cosas de Barbate, e intentaré hacerlo de la manera más amplia y aséptica posible. Y así, se me ocurre comenzar por el principio; que parece lo más lógico, dado que no hace mucho, conmemoramos la efemérides del 11 de marzo de 1938, que fue como la mayoría sabrán, la fecha en la que nos independizamos de Vejer de la Frontera.
Y recordando que el pasado año escribí algo sobre este asunto, viendo la historia de nuestro pueblo desde la perspectiva de mis padres, va hoy un “refrito” de aquel escrito, “ampliando” su mirada y su perspectiva.
Y así, la verdad es que me encantaría, que si alguien lee este escrito, la historia de mis padres; que por cierto se llamaban Manuel y Leonor, se pudiera “replicar” en algunos de vosotros, ya que muchos de los padres de esos barbateños de mi generación, se conocerían también, en el entorno de los años 20-30 del pasado siglo. Se “ennoviarían” muy jóvenes. Posiblemente el padre se embarcaría siendo prácticamente un niño, y la madre, ayudaría en las tareas de la casa, o quizás, fue alguna de aquellas muchachas que acudían a la fábrica, y que esperaban ansiosas escuchar el “pito de la chanca”, que anunciaba el final de su jornada de trabajo, que algunos días comenzaban prácticamente de madrugada, y con un simple “café bebío”.
Bueno, pues todos ellos; mis padres y los vuestros, conformaron una “tripulación”, que en mi opinión fueron los realmente “importantes” en la historia nuestro pueblo. Y como siempre pasa, pues en las celebraciones se “pasa” olímpicamente de ellos, y se recuerda, a algunos que posiblemente no hicieran muchos méritos para ese recuerdo. Pero bueno, como decía un famoso locutor, “así son las cosas”.
Y así, en aquellos duros años 40-50 del pasado siglo, nuestros padres se “partían el pecho” literalmente, desempeñando su trabajo; mi padre en la “má”, en unas condiciones tan penosas como insalubres, lo que hizo que con 58 años, sus pulmones, posiblemente “ahogados” de tanto humo de los motores, del tabaco, y de tantas malas noches en altamar, dijeran basta, y nos dejara En cuanto a nuestras madres, lo cierto y verdad es que siento admiración; o mejor “veneración” por aquella generación de mujeres, que en una época de un machismo “recalcitrante”, eran realmente las que llevaban los “pantalones”, y se las apañaban; muchas veces me he preguntado cómo, para llevar adelante sus casas y sus familias, sacando de donde no había, y muchas veces con una sonrisa en sus labios, que a lo mejor escondía algún que otro sufrimiento o privación.
En fin, que hasta aquí llegamos. Salud, y hoy un inmenso beso al cielo, por Manuel y Leonor, mis padres, que hago extensivo a todos aquellos barbateños de su generación, que sin lugar a dudas, fueron lo mejor de nuestro pueblo, y que a falta de reconocimientos “oficiales”, tienen lo más importante y valioso que nadie puede tener, y es el cariño y el recuerdo de todos nosotros, sus hijos y familiares.