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Ya huele a feria

Bueno, tenemos el mes de julio a la “vuelta de la esquina”, y se me ocurre dedicar el escrito de esta semana, a la Feria; o, mejor dicho, al recuerdo de aquellas Ferias del Carmen de nuestra niñez y juventud.

Las de nuestra ya lejana niñez, las recordamos con el nerviosismo que nos entraba al ver cómo nuestra avenida principal empezaba a tomar “aires de feria”, con sus casetas de turrón y sus tómbolas, al tiempo que algunas calles se preparaban para lucir su alumbrado extraordinario. Y por supuesto la recordamos también, porque era tiempo de estrenar nuestra “ropita nueva”, en unos tiempos donde no había “marcas”, estilos o tendencias, más allá de los “estrenos” que nos cosían nuestras madres, o alguna costurera, o las que nos compraban, con mucho esfuerzo, en alguna tienda del pueblo, o al “ditero”, pagándolo “poquito a poco”.

De igual manera, el “real de la Feria”; que hemos tenido unos pocos, los recuerdo por la zona de la barriada de las Cunitas, la zona del Zapal, o su actual emplazamiento (para cuándo un recinto ferial permanente). Por ahora no, que para eso hay que pensar. Pues eso, el “recinto ferial” comenzaba a llenarse de “cacharritos”, y así, la ola, el carrusel, el látigo, el tren de los escobazos, los caballitos, iban “tomando posiciones”, esperando a esos niños, a los que sus padres daban lo “que podían…y más”, para pasar unas noches de alegría y diversión.

Por otro lado, el recuerdo de nuestras ferias de juventud están ligadas fundamentalmente a nuestra inolvidable “Caseta Oficial”, ya que las noches de feria en aquel inolvidable “Parque Infantil” (hoy convertido en un recinto cutre, sucio y “sin vida”) creo que nos marcó a toda una generación, ya que allí bailamos, nos juntamos, nos divertimos, y en definitiva pasamos noches, que se quedaron en nuestro recuerdo para siempre. Y así, algunos “conjuntos” o grupos musicales llegaron a ser algo más que eso, como por ejemplo, Los Bombines, primero con Gino Font, y después con Sandra, que para algunos paisanos llegaron a ser como de la familia. O aquellas “estrellas” de la canción, como la Jurado, María Jiménez, Alberto Cortez, Miguel Ríos, Camilo Sesto, Juan Pardo, y me paro aquí, para no hacer el escrito interminable. Una Feria que tenía su “epicentro” cultural y religioso, en los actos en honor a la Virgen del Carmen, con su procesión marítima, y en esa parte más ligada a nuestro carácter marinero, en aquellas regatas de botes, y las cucañas marítimas. En fin, posiblemente sea el signo de los tiempos, la desidia de unos y de otros, la falta de atención de quiénes deberían “velar” por ella, o un poco de todo, pero lo cierto y verdad es que queda muy poco de aquellas ferias de nuestra niñez o juventud, aunque eso sí, nos quedan los recuerdos vividos, y eso recuerdos afortunadamente nada ni nadie nos los podrá quitar.

Termino reiterando una petición a quien “corresponda”, y es que por favor, por aquello de que a veces lo mejor es “volver a los orígenes”, a lo mejor, quien sabe, o un suponer, es posible que volver a una “Velada del Carmen” digna, sería lo más adecuado. Salud y buena Feria del Carmen.