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Viva Barbate… y las papas con tomate

Bueno, seguimos con Barbate en el “horizonte”, y es que nuestro pueblo tiene una historia tan particular como apasionante y todo lo que hablemos de él es poco. Y de esa historia de Barbate, a mí lo que más me interesa son las historias cotidianas de su gente, como por ejemplo, cuando Leonor conoció a Manuel, y de aquel “roce” y conocimiento surgió una familia, y, como ellos, miles de paisanos. Y también las historias de Antonio, Pedro, Paco y tantos otros que iniciaron negocios o “aventuras”, que unas veces salieron bien y otras no tanto. En definitiva, historias “cotidianas”, que son las que de verdad llenan de vida y sentido a los pueblos.

Analizando un poco a la “ligera” lo que ha pasado en nuestra historia reciente, situándola a partir de 1938, cuando nos hacemos independiente, podríamos decir que en estos ya 86 años, por ejemplo, pasamos de ser una “potencia” pesquera y conservera de primer nivel a ir viendo cómo el transcurso de los años hicieron que por motivos tanto externos como internos (por ejemplo la dependencia de caladeros de pesca de otros países o la poca previsión para encarar el futuro buscando nuevas alternativas al sector pesquero) irremediablemente “navegara” no a su desaparición, pero sí a mermar, y mucho, su potencial. Pero a lo mejor, o como decíamos de chicos, un “suponer”, es posible que el crecimiento de “aluvión” de nuestro pueblo en los años 40-50 del pasado siglo, donde la “madre naturaleza” nos lo daba casi todo, sin tener que pensar mucho, fue tan “potente” que dejaba de lado, o mejor dicho se “miraba para otro lado”, ya que el pueblo crecía y crecía, y eso parecía “taparlo” todo, o casi todo. Y así vimos como ganábamos terreno al campo, y en la “piera cuajá”, el “campo de las yerbitas”, o el “barro colorao”, se empezaron a hacer viviendas. Nuestras ferias se convirtieron en un “escaparate”, en los que se miraban otros pueblos, y nuestra inolvidable “Caseta Oficial” rememoraba durante el verano un gran festival de música, por el que pasaba “lo mejor de lo mejor” del panorama musical. Y es posible, quién sabe, como dice el refrán, que “los árboles no nos dejaran ver el bosque”, y fuimos, sobre todo quienes tenían “mando en plaza”, más cigarra que hormiga, siendo poco previsores, y yendo un poco, o un mucho, al “salir”.

Y así, a finales de los años 60 del pasado siglo, le empezamos a ver las “orejas al lobo” ante el comienzo de nuestro declive pesquero y conservero. Y ya en el bienio del 67 al 69, se produce el primer gran “éxodo” de barbateños, y son cientos los que cruzan la Oliva en dirección hacia fuera, en contraposición a lo que pasó unos años antes, cuando ese camino se recorría a la “inversa”, con gente que llegaba a Barbate.

Y desde entonces fuimos viendo cómo pese a las multitudinarias manifestaciones que recorrieron las calles de nuestro pueblo en los años 70, 80 y 90, nada ni nadie puso freno al progresivo “adelgazamiento” de nuestro sector pesquero. Por lo que ese primer “éxodo” de finales de los 60 podíamos decir que no ha parado. Y desde entonces en nuestro pueblo, dirigentes y “gente importante”, comenzaron a hablar de “reconversiones y diversificaciones”, teniendo un poco la sensación, que hoy, casi 50 años después, todavía no hemos llegado a decidir, como el que duda al pedir el plato en el restaurante si somos más de “carne o pescao”. Esta indefinición, en mi opinión, llega hasta nuestros días, ayudada por una falta de proyectos o expectativas que planteen soluciones a medio y largo plazo, por lo que seguimos bastantes más años de la cuenta “al salir”, lo que junto a otras historias que nos golpearon durante años, hace que hoy sigamos en una especie de “cajón de salida”, intentando definir qué queremos ser de “mayor”. Esta situación es terreno “abonado” para la aparición de populistas e iluminados que prometerán “el oro y el moro”, cuando a lo mejor lo que necesitamos es gente que no nos “deslumbre”, pero que sepa al menos lo que se “trae entre manos”. Aunque esto último, es solo una opinión personal, influenciado por una mentalidad un poco “germánica”, sobre todo cuando hablamos de “cosas de comer”.

En fin, se me ocurre terminar este largo escrito, con un “grito de guerra” de un amigo, que dice aquello de “Viva Barbate… y las papas con tomate”, y acompañar el escrito con la foto de la cabecera de una de aquellas manifestaciones en apoyo al sector pesquero, que en los años 70 y 80 del pasado siglo, recorrieron nuestras calles. Y esa foto, permitidme que sea un recuerdo “íntimo” para algunos amigos y compañeros que ya no están entre nosotros. Salud.