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“El crimen de Barbate”

“-¿Quién mató al Comendador?

- Fuenteovejuna, señor.”

Aquí sí, aquí cabe decir el crimen de Fuenteovejuna, porque fueron sus pobladores en pleno quienes se acusaron de linchar y asesinar a Fernán Gómez de Guzmán. Barbate, hasta ahora, no ha cometido ningún crimen. Por demás está decir que tampoco al que se refieren con este sambenito que nos quieren colgar.

Ni Don Benito fue culpable, ni Cuenca, ni lo es Barbate. La única culpable fue Fuenteovejuna, que, muy digna y orgullosa de sí, no quiso consentir el derecho de pernada del Comendador Mayor de la Orden de Calatrava. En las otras localidades referidas fueron culpables algunas de sus gentes, sí, pero en Barbate, ninguna. Aquí todos podemos enseñar las manos sin necesidad de lavárnoslas.

Así que la expresión “el crimen de Barbate” es simplemente una sandez, un despropósito, una simpleza, una necedad, una bobada, una idiotez, una parida, una memez cosa de estúpidos o, más simple aún (para que me entiendan quienes la usan), una tontería de tres pares de cojones de esas en las que caemos todos sin darnos cuenta por descuido del lenguaje e irreflexión.

Fuenteovejuna se rebeló contra quien la denigraba moral y físicamente. Nosotros tenemos motivos de agravio económico, social y político contra los que rebelarnos, barbateños (ninguno tan grave como el de Fuenteovejuna), pero ¿por esto? ¿No recordáis estas palabras de Salvador Dalí?: “lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien”.

Como poeta, deploro la expresión; como hablante, comprendo el error; como barbateño, ea, bien está que todos los días en toda España se pronuncie el nombre de nuestro pueblo, así será más fácil llegar a los oídos, a los ojos y a los corazones de todos los españoles.

¿Creéis que somos los únicos defensores de Barbate? Pues anda que no tenemos embajadores en toda España, barbateños y visitantes que les dicen a sus vecinos lo que hay de verdad y de mentira en lo que ven en la tele y leen en los periódicos. Así que ya está bien de hacernos la víctima en este asunto, que hablen de nosotros aunque sea bien. Tenemos una batalla común, que es por el reconocimiento del abandono político y económico que ha sufrido nuestro pueblo. Sí, en lo de los 411 millones estamos con Molina (aunque nos dé pánico que el dinero caiga en sus manos) pero en lo de denunciar a un medio de comunicación no podemos estar con el Pleno del Ayuntamiento, ¡menudo disparate!

En el Pleno Ordinario celebrado ayer (sesión extrañamente tranquila en casi su totalidad, esto otro día) todos los grupos estuvieron de acuerdo en emprender acciones legales contra ese programita de la telebasura que difundió imágenes y hechos sucedidos fuera como si fueran responsabilidad de barbateños o hubiesen acontecido en Barbate. No es este el plan, no es para esto para lo que necesitamos el acuerdo de nuestros políticos sino para compromisos y metas mayores que dependen de nosotros mismos. No los necesitamos para arrastrarnos penosamente en pleitos inútiles, por muy bien acogido que sea esto (de primeras) por los ciudadanos. Hay una alternativa mucho más fácil para poner de relieve nuestros buen nombre y muchas virtudes, y esto es ser noticia durante todo el año por nuestras brillantes iniciativas positivas. ¡Aprendamos de Conil y aprendamos de Zahara, con una ambición incontenible de llenar todo el año los titulares de prensa y los hoteles! ¿Hace falta que repitamos lo que hace cada una?

“El crimen de Barbate”, dicen. Bueno, qué vamos a hacerle. El auténtico crimen es que no sepamos darle más lustre a nuestro pueblo con todo lo que tenemos. ¿Lo principal?, barbateños.