El domingo 17 de abril, en sesión infantil/juvenil, se exhibió la película “La gran prueba”, a un precio de 75 pesetas la entrada. Estas sesiones se retomaron el domingo 2 de octubre con “Teen Wolf” al precio de 100 pesetas. Las proyecciones para el público general siguieron a 150 pesetas durante todo el año, como en 1987.

150 pesetas equivalen a 90 céntimos de euro, hoy una miseria que no da ni para un café en la calle. Pero para comparar mejor los precios nos fijamos en otro dato. Resulta que en el año 1988 el salario medio en España era de 105.850 pesetas, lo que daba para ir al cine en Barbate 705 veces. En 2022 el salario medio en España fue de 2.341,35 €, lo que en Barbate no dio para ir al cine 234 veces porque no había cine.

En términos porcentuales, la subida de la sesión infantil en 1988 fue muy drástica, un 33,3%; en términos económicos, no, como se verá en los datos de asistencia, que no se vieron afectados.

Francisco Rodríguez Apolo, que fue quien registró los datos que nosotros ahora estudiamos y publicamos, nos insiste en dos ideas. Por poner un orden, digamos que la primera es que la diferencia de precio entre la sesión infantil y la general era una medida promocional. Por ese precio, alguno de los padres podía acompañar a su hijo/a y allí ver la cartelera dirigida al público general para incentivar que volviese al cine.

La segunda es la historia de siempre. Nos cuenta Apolo que su registro no era solo numérico, que también, desde el principio, archivó dos copias de todos los afiches. En esas, apareció un comprador, al que Apolo ignoró, que le ofreció 300.000 pesetas por los carteles. Si miramos el salario medio que antes hemos dado, significaba tres sueldos. En moneda y salario medio de 2021, 7.000 euros. Una cantidad nada despreciable que él no aceptó porque decía que el solo hacía lo recopilación pero que el contenido no era suyo, que pertenecía al ayuntamiento, que era para quien trabajaba.

Que el archivo no fuera suyo es falso, porque fue una iniciativa suya cultivarlo, pero lo hizo con intención de aumentar el patrimonio local. El hecho es que Apolo cesó en sus funciones en el Cine Avenida y dejó allí la colección, colección que hoy no existe. La historia de siempre. ¿Quién se adueñó de esa riqueza de Barbate? ¿La vendió para lucro personal?

Que no tengamos hoy esas imágenes es lo que provoca que en algunos casos no sepamos a ciencia cierta de qué película se trataba, y que por ello demos la referencia más próxima (a nuestro corto entender).

¡Datos! Casi. Solo una tercera apreciación en la que insiste Apolo. En aquellos años el cine no pasaba de actualidad de un año para otro pues no había tantos canales de distribución como hoy (internet y muchos canales de televisión). En el año 1988 se llegó a estrenar en Barbate una película de 1956. Ahí es na. Versiones originales, cine clásico y películas del mismo año 1988.

Ahora sí. Primero los taquillazos, luego sus carteles.